miércoles, septiembre 26, 2012

La antilujuria

En la misma mesa de la cena, CLEMENTE y CLEMENTINA hablan sobre cuando se conocieron en la universidad, y todo lo distinto que era el mundo y esas cosas de las que tanto le gustan hablar a los padres que van de modernos para no aceptar que ya "no están en la onda", "son unos carrozas" y otras frases que ponen más en evidencia la edad que tienen.

NARANJITA y MANDARINA se lanzan miradas cómplices y se dan codazos mientras intentan no reírse de la situación, que puede acabar con ellas fregando la cena, barriendo el comedor o incluso con cosas peores.

CLEMENTINA: Aún recuerdo la primera vez que vi a vuestro padre en bañador. Llevaba uno de estos turbo, que son unos calzoncillos apretados, de color marrón mierda...

A partir de este momento las frases de CLEMENTE y CLEMENTINA se intercalan y superponen. 

CLEMENTE: Ay, ¡qué bonito era ese bañador! Con una raya blanca al lado...
CLEMENTINA: La antítesis de la lujuria.
CLEMENTE: El mejor bañador que he tenido en mi vida.
CLEMENTINA: Parecía que no tenía otro...
CLEMENTE: Qué pena, solo me duró diez años.
CLEMENTINA: Cada vez se parecía más al color de su piel.
CLEMENTE: Cuando me lo fui a poner un verano y se había pasado la goma...
MANDARINA: ¡Voy a bloggear eso!
NARANJITA: ¡No si yo lo tweeteo antes!

Cae el telón mientras las frutitas buscan desesperadamente un lugar donde escribir antes de que se le olvide cómo ha pasado todo.

lunes, septiembre 03, 2012

Que levante la mano la que renegó de su madre y acabó pareciéndose a ella

Como yo.

Si me conocéis desde mis inicios (o sois tan frikis, acosadores o tenéis tanto tiempo libre como para haberos leído todo este blog), bien sabréis que mi madre ha ocupado un puesto muy importante aquí, pues de ella he heredado la ironía. También la combinación de machorrismo y feminidad a una proporción sesenta cuarenta.
Pero creía tener otro gen, el gen mejorante, ese que evitaría que aquello que no quiero de ella acabe también en mí.
Pues bien, frutitas, siento decir que no lo estoy consiguiendo, que soy igual que ella. Y es una relación la que tengo conmigo de amor-odio, porque claro que en algunos aspectos admiro a Celementina.

A veces, me sorprendo a mí misma malentendiendo a la gente, tomándomelo todo como un ataque, justo como hace mi madre. Cuando pasa un rato, oigo una voz en mi cabeza que hace las veces de yo, cuando mi madre se comporta de la misma manera. "Pero a ver, que no te ha dicho nada malo, que es que para ti siempre todo tiene que ser personal, ¿no?".
Otras veces, sugiero a la gente lo que tiene que hacer. Como hace ella con su "Si queréis, podéis tender" tan archifamoso y conocido debido a esto http://mandarinasubmarina.blogspot.com.es/2011/07/frases-celebres-de-clementina.html.

La de veces que he pensado "pues cuando yo tenga hijos, no seré así porque blablablabla" y acabaré siendo igual. O no, podré sumar mis defectos a los suyos, y eso puede ser una fiesta muy guay, ¿eh?. Espero que aún escriba de cuando en cuando y  me leáis para entonces y pueda seguir quejándome de todo lo que me odia el mundo y de todo lo que hace con el único fin de que yo me equivoque. Y de que mis hijas no me quieren nada.

domingo, septiembre 02, 2012

La indecisión

Bueno, chicas, hay que decidir ya que hacemos, que estamos todas diciendo "a mí me da igual" o "a mí también me da igual". Y no puede ser esto, que estamos como siempre y seguro que al final no hacemos nada.

Así que, venga, decid algo que es que a mí me es indiferente y me tengo que ir ya.