sábado, junio 22, 2019

 Como a la insulina, a la adrenalina, a la cafeína, también puedes crear resistencia a la emoción.

Mis sentidos recogen sensaciones pero es tal la resistencia que mis células han creado, a base de sobreexposición, que no puede entrar a través de sus membranas más que la seguridad de que ahí fuera algo está pasando.

Me ilusionan las experiencias cuando pertenecen al futuro. Me decepcionan en el presente. Pienso: esto no es la sensación total. Me falta algo. Toda la cultura que he consumido a lo largo de mi existencia me ha vacunado contra mis propias experiencias.

¿Por qué no puedo vivir lo que me han descrito y prometido siglos de civilización? ¿Lo sintieron o lo crearon?

domingo, abril 21, 2019

¿Cómo sabes si un sentimiento es intrínsecamente tuyo, que nació de ti, de tus experiencias y reflexiones, o si fue colocado por intereses ajenos o simplemente porque te tocó nacer y vivir en un momento y lugar determinado? ¿Invalidan mis pensamientos, opiniones y sentimientos los últimos dos casos?

Me da vértigo la vida. El camino recorrido, las decisiones tomadas, las pospuestas y las ignoradas. Y sobre todo, me angustia mirar al futuro y ser consciente de la cantidad de posibilidades a mi vista y sentir que los únicos caminos que me harían feliz están cerrados desde hace años.

Me recuerdo que soy lo más joven que voy a ser jamás, que si quiero cambiar algo (y tengo que cambiar algo) tiene que ser ya.

A la vez pienso: pero qué dices, melodramática. Quién está donde tú a los 25.

No sé, pero ojalá no yo. Ojalá yo, pero no así.

Ojalá así en otro mundo, en otro contexto.

Estás condenada a ser infeliz porque nunca estarás satisfecha contigo. Creías que se podría todo, y aunque ya sabes que no, el casi todo te sabe a poco. Se queda corto.

Pero yo venía aquí a preguntar otra cosa: ¿La gente adulta tuvo claro en su juventud lo que quería hacer? ¿Es una enfermedad hereditaria en la que cada generación inculca a la que le sucede lo que ellos querrían haber hecho de no haber tenido una generación precedente también frustrada en no haber cumplido sus propias expectativas?

sábado, marzo 23, 2019

bratislava. such a strange feeling being here again

i feel i am the same, yet so different

Si a mi vuelta de Erasmus reiteré que no puedes volver a casa dos veces, siento lo mismo pisando de nuevo estas calles.

Las noto, en parte, tan ajenas, tan lejanas, como si no hubiera sido yo misma la que recorrió una y otra vez los escasos rincones hace tan solo tres años. 

Y de repente, pienso: "guau, otra vez aquí, en el sitio en el que J y yo compramos la pizza más mala de la historia" o "por estas calles volví llorando sintiéndome fuerísima de todo".

Y hoy, otra vez, en el Bar On, he notado que no pertenecía al grupo, que no pintaba nada. Y solo me apetecía irme, dormir, madrugar mañana y salir sola, andar sola, desayunar sola, leer sola...

Y me rayo también pensando cómo encajar mis ganas de estar sola con mis ganas de proyectos con gente. El mismo fókin track de la vida de siempre.

Me encanta esta ciudad decadente que aún no se ha caído a trozos. Tengo infinitas ganas de volver a ver mi nombre escrito en el suelo del aparcamiento de la uni. Recuerdo lo que me gustó pintarlo. Que estas sean las chorradas que me hacen ilusión en la vida me asombra infinito.

Anoche no podía dormir imaginándome siendo el muñequito de Google Maps al que haces moverse por las calles. Me sorprende orientarme en esta ciudad como si hubiera vivido aquí toda la vida y hasta ayer. A la vez, me sorprenden tiendas, bares, locales, que ignoro si ya estaban allí hace tres años, pero que nunca había visto. Espero recordar esta sensación tal y como recuerdo la intensidad de mis últimos días de Erasmus, cuando me preguntaba si sería la última vez de cada cosa que ocurría.

Siento que guardo más cariño a la ciudad que a la gente. Bratislava fue un tiempo de autoconocimiento, peleas y reconciliaciones con mi cuerpo y con mi alma, y quizás eso me llama y me aterra a volver a verla entera.

Dudo que alguien que no haya hecho Erasmus en un momento tan moldeable de su vida pueda imaginar y empatizar con lo que representa una ciudad. El antes, el después, el proceso, el aprendizaje, el progreso no siempre lineal ni creciente.