Qué pasa cuando todo el mundo sería feliz siendo tú menos tú

Cuando tus padres no te preguntan a dónde vas es porque ya lo saben. Te esperas algo que ya de por sí te va a hacer sentir incómoda, pero no sabes que la realidad es todavía peor: que no vas vestida, peinada ni maquillada como va el resto, que sientes que estás fuera de lugar cuando eres la protagonista. Y crees que eso va a ser todo...

Dijiste explícitamente y en varias ocasiones que no querías una fiesta sorpresa por tu cumpleaños, en la que estuvieran familiares y amigos, aunque no diste las razones porque nunca transformaste pensamientos en palabras. Pero resulta que es tu culpa por no recordárselo.

No te gustan las sorpresas, no te gusta ser el centro de atención, no te gusta ser la única que no sabe lo que está pasando.

Pero claro, hay gente que ha hecho esto pensando en que era lo mejor para ti, que te iba a encantar, y por no hacerles sentir mal... ¿tienes que fingir? A pesar de que te consideras una buena actriz (en cine español se está perdiendo mucho sin ti, como bien sabe tu madre), te resulta imposible poner una buena cara y sonreír, así que te inventas que las lágrimas son de emoción y el odio al mundo, por la vergüenza que te están haciendo pasar.

¿Pero de verdad que no sospechabas nada? La verdad es que no, dado que pensabas que había quedado suficientemente claro que no era este el cumpleaños que querías.

Te dicen: a ver que haces tú por mi cumpleaños, que me he esforzado mucho. Esto es como las bodas, que cada madre intenta imponer a su hija lo que hubiera sido su boda perfecta, que no pudo tener porque su madre estaba haciendo realidad la suya. Vamos, que como no pueden auto-planificar su cumpleaños, te planifican a ti lo que hubiera sido ideal para ellos. Eres la única pesona que conozco que se enfadaría por esto. No han contado con que eres la persona más rara del universo, y, por tanto, el ver aquello se acerca más al peor cumpleaños de tu vida (contando con que realmente ni es tu cumpleaños) te pone de los nervios y por si fuera poco, estás viendo en las caras de quienes lo planificaron la decepción ante tu reacción. Te consuela pensar que fue peor el de los 15. ¿Qué te pasa? ¿Que qué te pasa? ¿Cómo lo dices sin herir sus sentimientos? ¿Sin que se sientan como una mierda por haber hecho lo que piensan que es mejor? Bastante mal se te da expresar tus sentimientos como para que encima tengas que estar midiendo tus palabras.

A ellos les planearás el cumpleaños que tú hubieras preferido: una llamada telefónica y dar una vuelta el sábado más cercano a la fecha en cuestión.



No quería celebrar mi cumpleaños. Que el tiempo siga avanzando es incluso peor que el que no se le pueda dar marcha atrás.
De todas formas, faltaban los globos y la piñata para ser cmpletamente ideal.