viernes, julio 29, 2011

miércoles, julio 27, 2011

A lo Pocahontas.

La universidad sigue haciéndome la vida imposible. No me deja cambier la matrícula, así que, por un error suyo, estoy matriculada en otra cosa.


Desde siempre que recuerdo he pasado aquí parte de mis vacaciones: he huido del calor sofocante, del tráfico, de las aglomeraciones en este oasis de paz y de nada por hacer.
También desde niña he corrido hasta el fondo de la finca para encontrarme con un viejo roble que ha sobrevivido a ventiscas, a tormentas y hasta a un incendio. Le contaba todo lo que me había pasado ese año, sobre todo desde que se murió mi abuelo.
Podréis pensar que es algo estúpido, pero sigo haciéndo. Ya no porque crea que me escuche (que puede que aun confíe en ello), si no porque me ayuda a reflexionar y a priorizar sobre five hundred twenty-five thousand six hundred minutes.
Siempre le dejo, entre su rugosa corteza, una hierba, y hago un nudo, indicándole así que voy a volver.
Muchos años (como este), cuando regreso, encuentro, reseca, la hierba que dejé el año pasado.

lunes, julio 25, 2011

MODAS GALICIA, tienda vintage

Escribo desde un cybercafé, con la excusa de que tenía que mirar una cosa de la universidad. Llevo media hora (y lo que me queda) con un Nestea, y así hasta que me echen o me de por irme a comer.
¡Hasta la próxima!

Desde siempre, hemos usado la casa de Galicia como un enorme trastero donde dejamos los muebles antiguos y la ropa que ya no usamos, mis juguetes viejos (aunque la mayoría siguen viviendo conmigo), libros ya leídos y todas las demás cosas que no queremos por casa pero que nos traen demasiados recuerdos como para tirarlos.
Pues bien, mi abuela, que debe de estar harta de ver los armarios hasta los topes (y con más cosas cada año) los ha vaciado, y, aprovechando que una de mis tías se va a Cuba este otoño, ha decidido que todo el contenido será dado para la caridad.
Menos mal que hemos llegado a tiempo, porque me ha dado por mirar la ropa más antigua, la que usaban mis tías a mi edad, y he rescatado una preciosa chaqueta vaquera que me queda un poco grande, bastante desgastada; un conjunto camel, como de explorador, de tirantes y pantalones cortos, y un chaleco hecho con Model flor o algo así, muy hippie. Todavía no lo he examinado todo.
Es como irse de compras, pero gratis, aunque no todo es de mi talla.

Ah, y no os penséis que siempre soy tan consumista y superficial, solo soy así en época de rebajas.

domingo, julio 24, 2011

Au revoire (2)

Me despido de nuevo, esta vez no sé hasta cuando, porque puede que en este fugaz descanso encuentre algún lugar con conexión wi-fi que robar.
Hasta entonces, lo dicho.
Pasadlo bien, no os pongáis más morenos que yo (bueno, ciertamente, eso es algo imposible), gastad todo lo que podáis en helados y pareos y repelente de mosquitos y gafas de sol y revistas tontas y after sun.
Y disFRUTAd, que de eso va el verano: sentid la arena bajo los pies, respirad el mar, leed en la playa, dormid en la hamaca, matad a vuestras hemanas, permitíos el chocolate más veces de las habituales, escapáos de la prisión donde dormís con vuestros padres (si, Manzanita, te lo estoy diciendo a ti) para estar la noche entera en el Pepinó. Es el momento de hacer todo lo que no harías durante el resto del año. Nadie te conoce y en consecuencia, es imposible hacer el ridículo: píntate las uñas de naranja chillón, canta por la calle, prueba con sombras de esas que se ponen las modelos de diseñadores de vanguardia, hazte un peeling con arena en la playa, róbale a tu padre la megahortera camisa hawaiana y póntela con un nudo en la cintura.
Es verano, eres joven y no tienes nada que hacer.
Descansa, que te lo mereces. Y ni se te ocurra arrepentirte de nada (ni aunque te encuentres a tu ex profesor de música en la playa, mientras estás tomando el sol casi en bolas).

sábado, julio 23, 2011

El ciclo sin fin, que lo envuelve todo etc etc

La vida es bella cuando gastas. Y malvada cuando recuentas tus ahorros.
Luego te mueres y convierten tu ropa en trapos para limpiar.

Te reencarnas en rata coreana que se come los retales que los niños de las fábricas tiran (que no son muchos, si quieren dormir bajo techo ese día).

Y así hasta que el dios se apiada de ti y te concede el jodido nirvana.

De esta manera pasas a ser parte del dios, y no tienes más que putear a los mortales hasta que se el universo sea engullido por un agujero negro, que, a su vez, concentre tal cantidad de energía que explote y se expanda. Esa energía se transforma en materia y con ello se da lo que Nietzsche llama "eterno retorno".




Bueno, lo mismo la vida tiene algo más, como el amor y la superación de las barreras que cada uno se ha impuesto y blablabla, pero de eso yo no entiendo.

viernes, julio 22, 2011

Nunca el tiempo es perdido

"Perder el tiempo" es un decir curioso. Se dice cuando lo gastas en aquello que no deberías o cuando a pesar de tener algo urgente que hacer, lo inviertes en algo que, según tu madre, no es importante.
Pero cuando sí lo haces, no "recuperas el tiempo", ni consigues que avance más despacio. No. Simplemente evitas usar el tiempo que, de otra manera, perderías en reproches justo antes de irte a dormir. Te obsequia con segundos de descanso en los que flotar en tus recuerdos. Te permite caer redondo cuando más sueño tienes.

Shopaholic.

Todo el año deseando que llegue el verano, añorando estos días y escribiendo planes que llevar a cabo cuando no tuviera nada que hacer.
Ahora malgasto los minutos delante de un ordenador cuando ya se me han acabado las cosas que hacer, cotilleo vidas ajenas y veo carteles que ni siquiera me hacen gracia.
Todo esto es porque estoy en banca rota, que ya no me queda un duro que gastarme en rebajas o siquiera en viajes de metro, y estamos a día 22. Para más inri, me gasté lo que me dieron por mi cumpleaños antes de la fecha del mismo.
Le he empeñado mi ordenador a mi hermana para comprarme un pintauñas y no sé qué mierdas más.

Lo admito, soy una compradora compulsiva. Y sí, compro cosas que no me hacen falta, otras que no sé con qué ponerme y hasta algunas que no me quedan bien, pero que espero que algún día lo hagan (todavía no he trazado mi maravilloso plan para lograrlo, pero lo haré, lo haré).
Pero el dinero está para gastarlo, por sí solo no se come ni sabe planchar ni te aprueba los exámenes. No sirve para nada más que para emplearlo en cosas.
Además, si te piensas mucho el comprarte algo o no, cuando vuelvas se lo ha llevado ya alguien (que ya me pasó el día previo a las rebajas: rechacé el comprarme una camiseta por el simple hecho de que estaba segura de que al día siguiente lo encontraría a la mitad, y fíjate por dónde, cuando volví ya había volado).

Por ello y a pesar de todo, mi consejo es el siguiente: mientras podáis, gastad, gastad. Y así contribuís a que se acabe la crisis.

jueves, julio 21, 2011

Futuro futuro

Me han admitido en la Universidad. En la carrera que había puesto de primera opción.
Debería estar contenta, ¿no? Todo eso de que se van a cumplir mis sueños y voy a ser lo que quiero ser.

Pero claro, contando con que he elegido los grados en función a lo que mis padres querían que fuera, no es de extrañar.
Tampoco es que lo hubiera tenido muy claro hacia dónde dirigir mi vida si no me hubiesen eliminado los bachilleratos de Humanidades y Artes de "tu lista de opciones si quieres que te paguemos los estudios".
La cosa es que creo que no me va a dar la cabeza para hacer integrales más difíciles de las que sé y ni siquiera confío en que me gustará trabajar de algo así.

Lo que tenga que ser será.

miércoles, julio 20, 2011

Jodida mierda. O bonitas palabras para Larra

Un viaje en el que estaba dispuesta a sufrir de forma gratuita (de hecho, pagué hace casi un año para conseguir lo que prometen, el ser perfecta).
Pues eso, iba voluntariamente a que me quemaran la piel, me hicieran daño y oliera a quemado, y así lograr ser socialmente aceptada, para que al final el viaje no sirviera para nada. Vuelva usted mañana, me dicen.

lunes, julio 18, 2011

FELISES DIESIOCHO, que diría alguien que carece de nombre frutil.

Cuando tenía doce años, comencé a escribir en una libreta las cosas que tenía que hacer antes de morirme. Es una lista, ahora, muy larga, con cosas del tipo "releerme Millenium", "volver a estudiar latín", "escribir un libro", "presentarme un casting de un musical" y "visitar miles de ciudades".

También empecé a llenar una hucha de monedas inferiores a un euro, para irme de casa al cumplir los 18.

Supuestamente, esa hucha debería servir para ayudarme a realizar aquello que ponía en mi libreta ahora que soy libre y blablabla.

Hoy he roto esta hucha. Había, exactamente 28,23€, todo en calderilla.

Me pensaré qué hacer con tal cantidad de dinero.

Y sin más dilación, aquí os dejo la famosa canción cantada en todos los cumpleaños de mi familia, aunque mis abuelos la odien e intenten sabotearla:

(Con la música de "Es un muchacho excelente")

Se la pondremos de goma, se la pondremos de goma, se la pondremos de goma para poder mear.

sábado, julio 16, 2011

Harry Frútter y el fin de infancia de Mandarina. Tema recurrente donde los haya.

Se va lo poco que me quedaba de infancia con el fin de la saga de Harry Frútter.
En fin, me hace ilusión haber visto la última película cuando todavía soy menor de edad, y en consecuencia, aún no-adulta.
Recuerdo cuando paseaba por la parte de literatura juvenil de la Fnac(tarina) con ansias de comprarme todos los libros, cuando a penas sabía leer.
La decepción de cumplir 11 años en julio, sin que te llegue la carta de Hogwarts. Bueno, a eso le puse remedio, me la envié yo. Pero igualmente, qué decepción.
Los veranos en Galicia haciendo Poción Multijugos con hojas y bichos, dejándolo al Sol y a la Luna.
Los meses de espera para que saliera la traducción al español, en la que siempre había alguien a quien se le escapaba que se moría Sirius o Dumbeldore, y luego lo intentaban arreglar con "¡Era broma! Si yo tampoco me lo he leído".
Los transladores hasta el colegio que no funcionaban.
La "Limbus" 2000 que me iban a regalar mis tíos en Navidad. Limbus, no Nimbus, porque tenía un sistema pirata e ilegal que te avisaba de las bludgers que ponía el Ministerio de Magia para controlar la velocidad de las escobas. Con radio y radar anti-muggles.

¿Entendéis porqué odio hacerme mayor?

miércoles, julio 13, 2011

Frases célebres de Clementina

Mi madre, según dijo mi prima Fresa (porque sigue siendo muy cursi a sus 20 años) cuando tenía ocho años, es muy graciosa cuando se enfada. Esto lo dijo un día de agosto, en aquellas épocas en las que toda la familia nos íbamos juntos de vacaciones. En fin, luego mis primos se hicieron mayores, dejaron de venir y los que si venían se tiraban todo agosto estudiando.
Pues bien, esto se lo replicó a su madre por no ser tan divertida como la mía, porque, en la última semana del verano, yo no había empezado mi cuaderno "Vacaciones Santillana" y Clementina no hacía más que echarme en cara lo vaga que era, y que hasta que no se me obligaba, pasaba de todo. Es una lástima que no recuerde sus palabras exactas, porque su forma de expresarse en momentos de alteración es muy entretenida.
Cuando me di cuenta de la veracidad de las palabras de mi prima (hace, quizás, seis o siete años) intenté por todos los medios recordar sus maravillosas frases. No sé, así en frío no son nada graciosas, pero ponéos en la situación de que os están soltando un discurso del copón y que quizás en cualquier momento se le vaya a ir la mano y os podéis llevar la leche del siglo, algo que, sin duda, hace mucho más interesante el dilema de si reírse o no.

-Las comidas en mi casa se alargan y alargan porque yo tengo capacidad para tardar dos horas en comerme medio plato de guisantes (por decir algo. Aquí podría haber escrito cualquier alimento de color verde), por lo que un día mi madre me amenazó con ir al comedor de la siguiente manera: "En el comedor te pondrán mierda con patatas, y te dejarás las patatas".
-Si tratamos de retrasar la ejecución de sus órdenes con un "Espérate, que lo hago luego" siempre contesta "Luego, luego, nunca, nunca".
-También tiene en ocasiones la costumbre de pensar que el mundo en general, y mi hermana y yo en particular, estamos en su contra y hacemos todo lo posible por amargarle la vida al máximo. Por ello, cada vez que rompíamos algo suyo (cosa que ya no hacemos, porque hemos madurado y no jugamos a pasarnos las figuritas del salón) gritaba con solo oír el ruido de algo cayendo al suelo "Claro, como era de Clementina había que romperlo". Toda una pena el que no pueda transcribiros su entonación.
-Cuando pasamos de ella, accidentalmente o no, o simplemente no la oímos, reclama interés con "Atención. Pregunta".
-"El inspector Gatchet se ha dado cuenta de que has comido queso, porque has dejado el rastro". No hace falta ni contextualizarla.
-"Se nota que os hemos criao en frente de un colegio de pago" es usada cada vez que Naranjita o yo demostramos falta de modales, sobre todo en la mesa. Mi madre se cree que tenemos que ser princesas y sabemos cual es el protocolo en los saludos (la iniciativa en los mismos la toma el de mayor edad o rango social), y en la mesa (sabemos colocar los cubiertos en las típicas comidas largas de boda, y diferenciar cuál es la copa del agua y cuál la del vino) pero en presencia de nuestros padres nos relajamos y casi comemos con las manos.
-Si lloramos por algo que a ella le parece una tontería, sobre todo si es físico, nos replica "A este paso, no me hacéis abuela".
-Una de sus mayores deducciones en la historia, siempre que nos intentamos librar de alguna tarea: "Cuanto menos hago, menos hago".
-"Si os portáis bien, este año os vais de vacaciones a África: no tenéis que comer, ni que bañaros ni que ir al colegio" es una de las grandes olvidadas. No nos la dice desde que vivíamos en aquel pueblo en el que los adolescentes frutiles dejaban el instituto a los 16 tras haber repetido tres años consecutivos para convertirse en pastores o fregar escaleras. Creo que es porque desde que no trabaja como médico de esporas no tenemos el dinero suficiente como para permitirse el lujo de mandarnos de vacaciones lejos.
-"Desde luego, hija, lo que se pierde el teatro español sin ti" dice, cada vez que le monto un numerito, con lágrimas y golpes a las cosas de por medio. Me va el chantaje emocional, pero con ella no cuela.
-Cada vez que nos llama a cenar, y, o no lo oímos o decidimos terminar de hacer lo que estamos haciendo, cena ella sola, y cuando llegamos al comedor nos culpa diciendo "La familia que no cena unida ni es familia ni es ná".
-Con "Cuando yo tenía tu edad, dormíamos cinco en una habitación y estaba más recogida que esto", parece estar reprochando la ca-oticidad de la mía habitachione.
-En los momentos en los que es consciente del mal ejemplo que está dando a sus queridas y adoradas hijas, alega "Haced lo que Mamá diga y no lo que Mamá haga".
-"Es que se os tiene que dar con el látigo para que hagáis algo..." es su forma de reprocharnos que si no nos dice que hagamos algo no lo hacemos. Claro, no somos tontas. Lo curioso es que a veces su forma de mandarnos tareas es un tanto ambigua, como cuando nos ordena que tendamos con "si queréis, podéis tender". Como cuando vuelva, no "hayas querido" tender, se te cae el pelo (o te arrancas las orejas para no oír sus gritos).
-Tras mis ingeniosas ocurrencias tecnológicas que acababan en desastre en cualquier de los sentidos me decía "tienes ideas de ingeniera bombera", y si estas eran chorradas que no llegaban a pasar, me decía "la payasa Tomasa ataca de nuevo".
-Cuando rechazábamos alguno de sus consejos aludiendo a que nunca pasaba algo malo, decía: "Nunca pasa nada hasta que pasa". Por ejemplo: -"Frutitas, no toquéis los enchufes" -"Pero, mamá, si no pasa nada por tocarlos" -"Nunca pasa nada hasta que pasa".
-Clementina opina que "La persona observadora es dos veces más lista", todavía no comprendo por qué. La versión de Clemente, cuando la imita (a sus espaldas, si no quiere que la ira de Clementina caiga sobre él) es "La persona observadora es dos veces más observadora". Mi padre no puede retener más palabras en su cerebro, pobrecito.
-"Si quieres ser tonta, tonta y media" es una frase que todavía no sé cuando se usa. Pero vamos, que si quieres ser tonta vas a ser más tonta todavía. Pero repito que no sé contextualizarla.
-"Pobrecita la niña a la que su madre le daba ...(repetimos lo de las verduras)". Como mi madre sabe, toda esa comida, invertida en nosotras, es un derroche, es "Demasiada calidad...".
-"Haz algo por la patria" se la suele dedicar a mi hermana. Con "patria" se refiere a la República Independiente de Nuestra Casa, que es llamada así a pesar de ser toda una tiranía. Con "algo" se refiere a planchar, barrer, fregar o cualquiera de otras divertidas acciones.
-La frase más recordada, sobre todo por mi mejor amiga, a quien se la conté al día siguiente y (no exagero) se puso roja de la risa y tardó en dejar de reírse todo el camino a su casa (dista del colegio como unos diez minutos) fue, cuando mi hermana no se comió una pechuga de pollo que no se qué salsa llevaba. Le preguntó a mi madre "Mamá, ¿porqué el pollo está tan malo?" y ella respondió "No está malo, está muerto". Vale, no os riáis, nunca lo entenderéis...

Soy incapaz de recordarlas todas. Probablemente actualice esto.

martes, julio 12, 2011

El señor Naranja es un buen amigo. Y el Karma se lo va a devolver todo junto. Multiplicado por tres.


(M's P)

Pues eso mismo

Aunque sé que no ha leído mi blog y que probablemente no lo lea, me gustaría pedirle disculpas a Cardo (sí, estoy buscando un nombre nuevo para ella).
Me he portado mal con ella, a sus espaldas, que es peor, sin saber la verdad. En general, lo que más nos molestaba de ella es que nos ocultaba la verdad, cuando ella conocía detalles de la vida de todas. (No soy la más adecuada para reprocharle eso).
Pero se callaba por algo, todavía no sé por qué. ¿Porque no se fía?¿Por no amargarnos la existencia? ¿Porque no quería hablar de ello, quizás?
Creo que sí, que era por eso. Porque no sabe que hablar a veces ayuda (y yo tampoco, pero yo tengo un blog en el que escupir todo lo que no me atrevo a contarle a nadie a la cara).
En fin, XXXXX, perdón por todo lo que he (hemos) dicho y he escrito de ti, pero la situación no justificaba el inventarte alguna cosa que otra de Banana y tú.
Mi más sincero y sentido pésame. Me gustaría decirte algo más, pero es que no sé qué.
Que eso, y no sé como titular esto.

lunes, julio 11, 2011

Malvada, perversa y cruel (2)

Sería mucho más fácil escribir sobre el tema si yo fuera la víctima. Más... poético. Pero resulta que sé que soy yo la mala de la película, y eso complica el metaforearme y regodearme en el dolor, del que carezco a estas alturas.
Recordándo el último episodio, mi última aparición en escena (aquella con premeditación y alevosía) desde la distancia de hace un par de semanas, me parece que intentaba suplir la falta de amor propio con la estima que seguro que él me daría.
Soy peor que mala.
Y espero, en vano, que no lo lea, ahora que está de vacaciones.

Creo que me he vendido

Hace mucho que no teno una genial idea sobre la que escribir, y este blog está dejando de ser lo que yo quería que fuera. No hago más que escribir anécdotas cuando quería que esto fuera un poco más literario.
Me gustaría reservar el escribir en él hasta que se me ocurriera algo digno, pero tengo una fan incondicional que se pone muy pesada hasta que actualizo.

Y para qué me voy a engañar, me encanta ver cómo suben las visitas, cosa que no sería igual si actualizara dos veces al mes.

lunes, julio 04, 2011

Una vez mi primo cordobés me expuso su teoría: de cuanto más al norte seas, peor bailas.
Bueno, he de confesar que soy medio gallega.

sábado, julio 02, 2011

Clementinas pesadas

Llevas dos horas en el espejo y tu madre ni te ha mirado. Justo cuando vas a salir por la puerta, comienza el interrogatorio (¿Adóndevas?¿Conquiénvas?¿Cuándovuelves?¿Llevaselmóvil?), pero al parecer en esta ocasión, tu madre ha introducido una leve innovación.
CLEMENTINA: Ay, hija, no sé qué manía te ha dado últimamente con ir a todas partes con los ojos pintados. ¡Con lo guapa que estás sin hacerte nada!
MANDARINA: Ya, es que resulta que en cualquier momento te pueden hacer una fiesta sorpresa, ¡y sin que lo sepas!, así que es mejor ir prevenida, que luego eres la única sin maquillar.