miércoles, septiembre 21, 2016

¿Ciencias o letras?

La cosa es encontrar el equilibrio entre todas las dimensiones que eres, procurando no olvidar ninguna, crecer en todas ellas y en las nuevas que descubras.
Si dejas de ser tú por lo que crees que esperan los demás que seas, no solo tú te pierdes a ti misma. El mundo se queda sin alguien que solo tú puedes llegar a ser.
Tienes tiempo infinito y cada cosa tiene un momento. Deja las prisas porque has nacido con suerte y no necesitas adelantar acontecimientos.
Eres suficientemente inteligente, fuerte, trabajadora, culta, rápida.
Sin ser más, no eres menos que nadie solo por que no encajes en los moldes que crees tan rígidos.
Date tiempo y saca lo positivo que es poder aprender de cada nueva situación.

miércoles, junio 29, 2016

Es normal que conteste con ausencia.

no conseguirá pagar el peaje

de conocer el autosabotaje

que vive oculto y secreto en mi esencia


Sigo actuando como el personaje

que disimula un año de demencia.

mil veces creí asumir consciencia,

olvidarlo al coger el equipaje


Pero de nada sirve tanto viaje

si no dejo atrás la adolescencia

si no olvido palpar mi costillaje


A mi alma se le agota la paciencia 

y es mi deber el de juntar coraje

para tratar el hambre con coherencia

jueves, junio 23, 2016

una vida de la que no tener que desconectar

 Ni hervir ni servir: vivir.

No tener que huir.

Ni beber ni comer: ser

Para olvidar

                        viajar.

Frío a veces, al correr

para que sienta mi piel

que vivo aún.

                        Despertar

sabiéndome en algún lugar.


domingo, junio 19, 2016

Lección de vida

Es el ciclo de tu vida porque es la única forma de la que eres accesible.
Adulta, no te culpes de lo que no tiene culpas y no coseches las responsabilidades que no sembraste tú.
Sólo te arrepientes de lo que no haces no es una filosofía que funciona cuando te importa pasar por el mundo haciendo el mínimo daño posible.


A la vez, que no sirva de excusa:
Acuérdate de arriesgar cuando valga la pena.
Recuerda que también se puede ganar perdiendo.

viernes, junio 17, 2016

Vector de vida

Se me había olvidado que no es la primera vez que estoy así. Creo que nunca he llegado tan abajo, ni durante tanto tiempo, aunque otras veces salí por mi propio pie de las arenas movedizas.
Pero por fin he recordado que soy la única responsable de mí misma. No va a venir nadie a salvarme, porque yo no dejo. Porque es mi guerra y nadie más la lucha, y nadie más la entiende. Que soy quien mueve mi polea y que tirar hacia abajo del pozo es mi decisión, que solo tengo que cambiar las órdenes con las que funciona mi cerebro.

Por eso le dejaste, porque te costaba lo suficiente sacarte a flote a ti sola. Como para querer apartarle sus demonios a alguien que quería seguir con ellos. Que quería que se hicieran amigos de los tuyos. No. Sabes que los tuyos no tienen que ser amigos de otros. Tienen que hacerse pequeñitos, tan pequeños que ni tú, sola, de noche y a punto de dormir, los notes.

Por eso empezaste a hacer deporte. Para no pensar en nada más que en la quemazón de tus piernas y pulmones, y de repente, darte cuenta de que está todo claro. Que no para castigarte por antes. No para premiarte luego. Para que la recompensa sea "Eh, que puedo. Yo creía que no, pero puedo. Y me voy a demostrar que me pasa así con más que con esto. Que si lo intento fuerte, siempre puedo".

Por eso bailabas. Porque sentías. Porque tenías un huequito delante de un espejo amable, que criticaba sin herir, solo para construir. Porque descubrías sobre ti, sobre cómo funcionas, sobre lo que importa de verdad dentro.

Por eso, Mandarina: sécate las lágrimas. Aprende de quien fuiste. Lee, corre, escucha, baila, crea. Vive.

viernes, mayo 27, 2016

Socially akward

He entregado el TFG. Debería estar irradiando felicidad: a falta de presentarlo, ya soy ingeniera, y estoy de vacaciones (de hecho, me voy mañana a Croacia), pero aquí estoy, a la una de la noche, con la maleta sin hacer y llorando en silencio (si hay algo que me ha enseñado el Erasmus es a esto, a que Margarita no se entere de que me siento como una mierda por dentro).
Todo el mundo recuerda su año de Erasmus como el año de su vida en el que hicieron un montón de amigos de mil lugares, se emborracharon infinidad de veces con bebidas desconocidas, recorrieron el mundo de resaca, creando recuerdos de los que reirán toda la vida.
Todos menos yo, que recordaré el Erasmus como el año en el que definitivamente caí en la depresión de la que me he ido librando desde los 16, cuando aprendí a contenerla a base de colores vivos, tonalidades mayores y carbohidratos simples.
En este año, mi indiferencia hacia a la gente se ha intensificado, a la vez que mi sentimiento de culpabilidad por mi introversión. A esto se le ha sumado el aburrimiento crónico de quien tiene tiempo infinito para una sola tarea y a la cercanía de la despensa al lugar de trabajo. Boom.
Demasiado tiempo para pensar en qué clase de persona me estoy convirtiendo. Cuándo empecé a ser así. Zeus, ¿fui siempre así? ¿Por qué nunca he confiado en contarle a nadie cómo me he sentido? ¿Por qué soy incapaz de sentir aprecio por nadie? ¿Cuándo dejé de creer en la gente? ¿Cuándo asumí que sola es la única manera? ¿Por qué odio ser así pero no quiero cambiar nada? ¿Es que nadie se da cuenta? ¿Por qué espero a que alguien me salve pero aparto a quien se acerca a ayudarme?

miércoles, mayo 25, 2016

 la que quiere deconstruirse

y mejorarse tiene miedo de 

sentir dependencia de un 

ancla que la sujete al presente

que no la deje volar del

pasado al futuro sin entender

de dónde viene ni controlar

a dónde va


domingo, mayo 15, 2016

36.000 palabras de procastinación. O de cómo tengo cinco días para hacer el TFG

Hola, sí, soy yo. Bien, ¿y tú? Me alegro.
Aprovecho que a todo el mundo se le ha olvidado que Mandarina tenía un blog para matar la ansiedad que me provoca el haber perdido tres meses y pico y tener que escribir sobre no sé muy bien el qué para el viernes que viene.
¿En qué has invertido estos últimos tres meses, en vez de a currar en el Trabajo de Fin de Grado de esa carrera que te apasiona?, os estaréis preguntando.
¿En aprovechar el Erasmus para viajar? Meh, no del todo. Algún viaje me he pegado, pero pensaba que en mi año de Erasmus recorrería Europa y la verdad es que he descubierto que soy una comodona a la que le gustan las duchas sin honguitos, los colchones mullidos y tener siempre otro par de zapatos secos al que poder recurrir en caso de lluvia continental.
¿En encontrar al guiriamor de tu vida? Desde luego que no. Cada día que pasa me doy más cuenta de que voy a tener que empezar a cogerle cariño a los animales porque tener gatos es lo único que evitará que muera sola.
Bueno, no importa, ¿en hacer muchos amigos? ¿en salir de fiesta, en pasártelo bien? Pues tampoco. Soy un coñazo de tía con ligera fobia a socializar. Y abstemia. Este mix no promueve eso de que hable con la gente y demuestre todo lo que tengo para dar al mundo, como que tenía un blog en mi última etapa de adolescencia, que lo dejé por Twitter, a Twitter por Instagram y a Instagram por la llegada de la edad madura de esa en la que trabajas y te quejas de los jefes.
Entonces, ¿en realizar esas metas personales que en nuestra vida cotidiana no podemos hacer por falta de tiempo o de medios? Puede, si esas metas personales pasan por dormir nueve horas al día, comer por encima de tus posibilidades y quejarte por WhatsApp del mal tiempo que hace en este país de mierda.