Hoy he estado tentada de hacer lo que yo denomino (bueno, más bien lo que yo he plagiado) compras con aspiraciones.
¿Con aspiraciones a qué? A tener la tripa plana, a que me crezcan las tetas, a que me ponga morena por una vez en mi vida, a que se me vayas las estrías (o a que se lleve el estampado de zebra), a que vuelva a ser rubia o a ser lo suficientemente guay como para poder llevar una prenda concreta.
Compras algo no para ahora, sino para el futuro momento que crees que llegará en el que serás digna de usarlo.
Es algo que solo hago en rebajas, ya sabes, porque comprarte algo de treinta euros que al final no te pones es casi de tontos. Es mucho mejor comprarte setenta cosas que solo valgan doce.
El caso es que tenía muchas cosas en mi armario que compré hace un tiempo para "cuando adelgazara", cosa que he hecho este año y que, aun así, no me he puesto porque estaba bastante pasado de moda, por lo que hoy, cuando he visto un vestido preciosisisisisisimo que no me quedaba todo lo bien que debería debido a mi escasa amplitud de caderas me he dicho "¿para qué, Mandarina? Si a la edad que tienes no puedes aspirar a cambios drásticos".
Así que se lo pienso regalar a mi hermana, que ella segirá creciendo mientras que yo investigo a ver si se puede operar lo mío.
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