Parecía un día como cualquier otro, hasta que, cuando se dirigía hacia la cocina, vio en el perchero una capa de súper héroe y… ¿qué era eso que brillaba? ¿Un Óscar de la academia?
Esto es muy raro, pensó. Seguro que seguía soñando. Se pellizcó. Nada. Todo seguía igual que antes. “Ayer todo estaba normal”. Ayer, 27 de abril. 27 de abril, ¿verdad?
Encendió la tele. A esas horas, estaban emitiendo una película de aliens y vaqueros en rosa y rojo. Puso el teletexto, según el cual hoy era 36 de abril.
Va, venga, eran demasiado cosas juntas. Quizá no se había pellizcado anteriormente, sino que solo había soñado hacerlo, por lo que repitió el proceso para asegurarse. Joder, que no, que no se despertaba.
Abrió la puerta de casa y llamó al timbre del vecino. Este le recibió en pijama, y cuando se quitó las gafas de bucear, dijo.
-Buenos días.
-¿Qué día es hoy?- contestó ella apresuradamente.
-¿Cómo voy a saberlo? ¡Me has despertado de mi hibernación!
-Oiga, no me vacile, estamos en primavera.
-¡Precisamente por eso!
Cuando comprendió que la conversación con este tipo no iba a resolverle ninguna duda, se despidió de él:
-En fin, muchas gracias, y disculpe la interrupción.
-Que la fuerza te acompañe, por nuestro pescado de hoy y de mañana.
Visto que este sueño iba a acabar cuando le diese la gana, pensó que lo mejor sería actuar de un modo normal hasta que le permitiese despertarse. Retomó su plan inicial: hacerse el desayuno. Nada más llegar a la cocina, el fregadero le comentó el tiempo que haría ese día: ¡lluvia de rosquillas en torno a las 12! Tras esto, comenzó a cantar canciones insufribles. Ella intentó apagar el fregadero, pero este exigió un pago por su actuación. Después de triturar unas cuantas monedas de chocolate, por fin se calló.
Y ella empezó a pensar qué cojones habría hecho ayer para soñar cosas tan raras. Estuvo estudiando hasta tarde, filosofía y literatura. Quizás fuera por eso, sus sentidos eran engañosos, la realidad era una ilusión y lo único real eran sus pensamientos. O puede que simplemente ella fuera un personaje robado de una obra realista y colocado en un fragmento creacionista.
MUY bueno :)
ResponderEliminarMe puse a pensar anoche sobre lo que hubiera escrito en el concurso de narrativa de tu instituto con lo del perchero y tal.
ResponderEliminaryo tambien creo que estudiar tanto filosofia y lieteratura afectan al cerebro pero debo decir que esta fantastico =)
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