Misma familia, misma mesa. Se encuentran comiendo macedonia (por supuesto, sin mandarinas).
MANDARINA: He descubierto el blog de un tal Gabriel Noguera que escribe súper bien. Tiene un poema que me encanta. Se llama Pasos de baile y es así "para ir a verte, / por unas monedas, / una sonrisa. / unas monedas / para ir a verte / por una sonrisa. / una sonrisa / para ir a verte / por unas monedas."
La familia pasa bastante de su comentario, excepto CLEMENTE, que la mira con cara de incomprensión.
CLEMENTE: ¿Y dónde esta la gracia?
MANDARINA: Jolín, papá, pues en que son los mismos versos en las tres estrofas, pero cambiados de orden. ¿Y te has fijado en las comas?
CLEMENTE se queda inmóvil durante unos segundos, pensativo, mirando la cuchara.
CLEMENTE: Kiwi y piña / en mi macedonia. / En mi macedonia, / kiwi y piña.
MANDARINA: No es lo mismo. No es nada poético. Y lo mires por donde lo mires, transmites lo mismo de una manera que de otra: nada. Él juega con el sujeto gramatical y cada vez dice algo distinto. Pensándolo mejor, hasta has usado mayúsculas y todo.
Joder.
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