jueves, septiembre 08, 2011
Parece ser que los globos de helio que se portan mal no van al cielo.
Cuando intentas sacarlos del subsuelo, dos corrientes opuestas se alían hasta conseguir deshacer el nudo que les retiene a tu altura. Ambas corrientes, creadas por sendas puertas de salida, repelen con tal fuerza al globo que este no tiene más remedio que dejarse arrastrar hasta que se ve obligado a pasar a un pasillo paralelo. Y allí se quedará toda la eternidad, porque, ¿cómo sale un globo de helio del metro si no es por la puerta?
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